Regalos para el Día del Padre: cómo no equivocarse
Aunque su consolidación en España no fue tal hasta finales de los años ‘40, el Día del Padre es una celebración que tiene lugar en casi todos los hogares. Rendiendo tributo a la figura paterna, los regalos de este día señalado deben ser algo más que eso. Y es que éstos no sólo son obsequios que premian al padre por su labor. Sino la muestra de un hermoso vínculo que expresa y significa el afecto, el amor entre padre e hijo.
Un esperado y bonito regalo
Cada 19 de marzo, coincidiendo con el santoral de San José, se celebra en España y otros países el Día del Padre. Una celebración cuyo rito, en el que en Valencia también se fija la la cremà de las Fallas, pretende ser un homenaje a la figura paterna. Generalmente, por parte de hijos e hijas, quienes ofrecen a éste un regalo que exprese, material o conceptualmente, el agradecimiento por su cuidado. Aunque no sea obligatorio, un regalo que permite versatilidad.
Como manda la tradición, los mejores regalos dia del padre suplen las limitaciones económicas con un alto valor emocional. Motivo por el que este tipo de regalos trata de interpelar a las experiencias y anhelos de cada padre. Sin embargo, las prisas de última hora juegan a veces una mala pasada a nuestro juicio. Y se acaba obsequiando al padre con un regalo más bien improvisado, de relleno. Olvidando otras opciones de mayor atino a nuestra condición de hijos.
Más allá de lo material
Además del recurrente truco de consultar a nuestra madre u otro familiar la preferencia, existen otras formas para descubrir qué regalo dar a nuestro padre. Lo más indicado, no obstante, es allanar el terreno de un modo simple y bonito: conversando con él. Profundizando en sus gustos y vivencias que puedan servirnos de pista para dar con el regalo idóneo. Porque el acierto no siempre viene de la mano del regalo más lujoso o exclusivo, sino del más evocador.
En ese sentido, es evidente que nuestro padre siempre agradecerá un buen regalo. Pero, en ocasión de este día, cuyo significado es el vínculo entre padres e hijos, no basta sólo con un buen regalo al uso. En cambio, es preciso dar con ese obsequio que introduzca tales efectos. Tanto si se trata de un viaje o una cena, e incluso de una aventura deportiva, nuestro regalo debe bascular entre lo útil y lo emotivo. Pero nunca pivotar ciegamente sobre lo superfluo.
Descartar tópicos y evitarse excusas
Pese a que la tradición llegó a España casi cuarenta años más tarde que en EEUU, el día del padre está hoy día completamente consolidado. Al suceder cada año, tenemos la gran ventaja del margen de tiempo suficiente para seleccionar el regalo adecuado. Por lo que, teniendo en cuenta este hecho y el componente emocional del regalo, no hay excusa que valga para no dar con el indicado. Aunque las opciones genéricas suelan viciar en demasía nuestra decisión.
Por el bien de nuestra originalidad como hijos, los relojes, colonias y carteras son un paquete de regalos para el Día del Padre bastante común, pero que vale la pena descartar. Si disponemos incluso de un dilatado capital, lo más recomendable sigue siendo siempre apelar al lado menos material de las cosas. Y es que, a veces, un simple viaje da más que un regalo de lujo. Ya que, en este ejemplo, su impacto es carne de experiencia y memoria y no tan sólo accesorio.
Buscando ideas de regalos para el Día del Padre
Seguramente, los padres guardan mejor recuerdo del regalo del Día del Padre que se encargó hacer en la escuela, que de aquel que entregamos de mayores con más consciencia. La razón de ello radica en esa desinteresada sencillez de las cosas simples. En este caso, en muchas ocasiones, una manualidad cuyo valor artístico no superaría ni un solo certamen ni merecería el menor interés en un museo. Pero cuya sinceridad y dirección avalan de lleno su acierto.
Por ello, es necesario reincidir en que el mejor regalo no es el más lujoso o caro, sino aquel que pueda ser accesible para el recuerdo de nuestros padres. Un regalo que signifique algo y que, aunque sea en motivo de sorpresa o sorna, evoque un momento especial. Puede ser tanto un objeto material como una obra hecha a mano. Una carta, una vieja fotografía o incluso un postre hecho por nosotros mismos. Sea o no un desastre, guste más o guste menos, algo nuestro.
Entre estas, otras ideas que nunca fallan suelen ser los regalos del Día del Padre para papás que aman la gastronomía, los viajes o el deporte. Planificando rutas y escapadas, banquetes y catas, que siempre deben obedecer a un prisma de originalidad y adecuación a cada padre. Las ideas, al fin y al cabo, quedan a merced de nuestra imaginación. Pero su idoneidad, en todo caso, es la forja de este vínculo familiar. Un regalo que exprese ese amor incondicional.