¿Cómo ser Diseñador Gráfico Freelance?
Los diseñadores gráficos son unos perfiles que nunca dejan de tener demanda. Si bien es cierto que suelen verse sobre todo en equipos de marketing, cada vez están más presentes como freelance, trabajadores por cuenta propia que ofrecen sus servicios a cualquiera que los necesite y vaya a pagar por ellos. Pero, ¿cómo ser diseñador gráfico freelance? ¿Por dónde hay que empezar? No es una tarea fácil, sobre todo porque empezarás a andar en el mundo laboral por tu propia cuenta. Pero sí te aseguramos que puede ser una experiencia de lo más constructiva y positiva.
Cómo ser diseñador gráfico freelance: pasos
La respuesta a cómo ser diseñador gráfico freelance puede ser toda una odisea, pero también una divertida y desafiante una vez empiezas a surcar las olas del mar del trabajador por cuenta propia. Es un mar repleto de competencia pero, si eres una persona metódica y perseverante, no tardarás en encontrar tu rumbo.
Y todavía más si sigues estos consejos:
Nunca dejes de aprender
Un profesional siempre está evolucionando y aprendiendo cosas nuevas. Propuestas de formación como este curso de CEI en diseño gráfico no solo te sirven para asentar bases, también te sirven para ir ampliando horizontes, conocer a otros profesionales o incluso encontrar nuevas propuestas de trabajo.
Eres el capitán de tu propio barco, así que no tengas miedo en otear el horizonte o incluso en ir algo más lejos. Observa tendencias, busca nuevos programas, otea nuevos públicos o incluso diversifica tus servicios de diseño gráfico. Incluso puede que te convenga hacer lo contrario y especializarte en ciertas áreas que te ayuden a conseguir más clientes.
Esto último lo recomendamos sobre todo cuando ya tengas tiempo y experiencia, ya que la práctica poco a poco te irá llevando a dominar más ciertos terrenos. Aun así, nunca frenes, busca siempre más formación para enriquecerte como profesional y adaptarte a los nuevos terrenos y los nuevos tiempos.
No descuides tu portafolio
Con tal de saber cómo ser diseñador gráfico freelance, debes conocer el papel clave de tu portafolio, tablero donde mostrar tu talento a toda persona que se pueda interesar por tu trabajo. Si no lo tienes, tendrás que empezar a construirlo con proyectos personales que puedas enseñar a posibles clientes que te pregunten por estilos o capacidades a la hora de plantear un presupuesto.
A la hora de dar cobijo a tu portfolio de trabajos pasados, lo mejor es que recurras a plataformas online. Monta un perfil en redes sociales en el que vayas enseñando los proyectos que haces, aunque tampoco puede faltar una web de marca propia en la que albergarlo todo. De hecho, si acompañas con valoraciones de antiguos clientes en tu propia web, todavía mejor.
Por supuesto, actualízalo con cada nuevo trabajo que hagas y trata de aportar pequeñas explicaciones sobre el enfoque, necesidades del cliente o proyectos. Si te atreves y te gustan, también puedes enseñar bocetos que no acabaron terminándose o ideas que se te ocurrieran. Muestra al mundo lo que haces y por qué lo haces.
Elabora un sistema de tarifas
Éste es uno de los pasos más complicados y a la vez más importantes para cualquier diseñador freelance, o para cualquier trabajador por cuenta propia. No podemos darte una fórmula matemática de cómo ser diseñador gráfico freelance que arroje resultados para presupuestos con precisión, pero sí que podemos ayudarte con algunas pautas.
En primer lugar, piensa en la experiencia que tienes y en el sector concreto en el que vas a trabajar. Para ello, echa un vistazo a otros diseñadores freelance y los precios que ofrecen a sus clientes (hay quienes incluso hacen peticiones falsas de pedidos para tantear posibles precios de otros). Esa es una buena forma de tener referencias.
A partir de ahí, establece márgenes y piensa, sobre todo, en los tiempos que puede requerir cada tipo de proyecto que se te pida y los costes que estos implican. Sobre todo, piensa en las horas que necesitarás para diferentes tipos de trabajo y lo que piensas que debe costar cada hora de lo que haces.
No obstante, no olvides tampoco los gastos derivados de tu actividad. Desde la electricidad hasta el mantenimiento de tu web, el software que usas, el equipo que necesitas… El trabajo que hagas debe cubrirlo todo porque, de lo contrario, ¿de qué sirve?
¡Ah! Y no olvides en añadir precios extra en caso de que se pidan cosas adicionales a tus pedidos. Cuanto más personalizados y específicos sean, más caros han de ser. Así funciona el mercado.
¡No te olvides de los impuestos!
Sí, tu trabajo como freelance debe declararse ante Hacienda. Para ello, tus facturas deben reflejar tanto el IVA como el IRPF que retienes. Luego, no olvides que ambas cosas se han de declarar trimestralmente para saldar cuentas con la Seguridad Social y mantener todos tus números en orden.
Esto es esencial una vez te das de alta como trabajador por cuenta propia (autónomo). Si fallas, ten por seguro que tendrás que pagar la diferencia, y con extras por demora. Para ahorrarte quebraderos de cabeza, lo mejor es contratar a una gestoría que lleve tus cuentas. Además, ¡podrás desgravar el coste de sus servicios!
Ahora que ya conoces cómo ser diseñador gráfico freelance, ¿a qué estás esperando? Ya sabes por dónde empezar.