¿Qué es el liderazgo situacional?
Todo el mundo que tenga un comercio sabe que los empleados son un factor clave para el desarrollo de su negocio. Puesto que tu comercio depende del personal, y en la mayoría de los casos, son ellos los que están en contacto con los clientes, es importante que cada trabajador cumpla sus tareas y se sienta a gusto. Pero no cada trabajo y cada trabajador son iguales y por tanto, se establecen tipos de liderazgos diferentes. Estas y otras cuestiones te proponemos en este artículo.
¿En qué consiste el liderazgo situacional?
El liderazgo situacional es una teoría creada por Hersey y Blanchard y en ella fijan tipos de relaciones entre gerentes y empleados en función de dos parámetros fundamentales: el nivel de cualificación y la motivación. Así, según estos autores, en función de estos dos parámetros se debe establecer un tipo de liderazgo por parte de los manager para con sus empleados y así alcanzar una relación óptima y eficaz.
En todos los equipos de trabajo se producen cambios debido a las distintas fases de desarrollo por las que atraviesan los miembros del grupo. Por ello, el estilo de liderazgo más eficaz es aquél que se adapta a los colaboradores en cada situación, es decir, ejerce un liderazgo adecuado a las necesidades del equipo.
El liderazgo situacional se basa en mantener un equilibrio entre dos tipos de comportamiento que ejerce un líder para adaptarse al nivel de desarrollo de su equipo de trabajo.
Estilos de gestión
Hersey y Blanchard establecen estilos de gestión orientados al control según el grado de apoyo que necesiten los empleados, así como la competencia que éstos tienen. Según estos parámetros se pueden establecer 4 estilos de gestión:
1. Persuadir
Es la relación que se establece cuando el empleado tiene poca cualificación pero está abierto a aprender y es algo que el manager tiene que ver. Aunque todavía no sea capaz de hacer una tarea, es importante enseñarle y que vaya aprendiendo. La comunicación debe ser fluida e ir dando instrucciones.
2. Instruir
Es la relación más apropiada cuando el empleado tiene baja cualificación y baja motivación. Aquí no solamente es importante la instrucción, sino también la supervisión continua.
3. Apoyar
Este tipo de relación es la más adecuada cuando el empleado conoce y sabe hacer su trabajo, pero su motivación es baja. Aquí el manager debe ofrecer espacios para la opinión y sugerencias. Pero es necesaria una supervisión.
4. Delegar
Este tipo de relación se establece con un personal que además de cualificado está motivado. El manager tiene la responsabilidad de tomar decisiones, pero puede delegar muchas otras funciones sobre este tipo de trabajadores.
Claro está, que el éxito de un estilo de gestión siempre va a depender del entorno en el que se desarrolla. Para ello, es clave la interacción entre el gerente y su personal. Si los empleados no siguen al gerente, no se establece ningún liderazgo. Por otro lado, es igualmente importante que el gerente o manager tenga en cuenta la competencia de cada uno de sus empleados, conociendo sus virtudes y sus limitaciones. Sólo así se podrá determinar un estilo de liderazgo eficaz.
La teoría del liderazgo situacional fue y es importante porque establece relaciones entre managers y trabajadores, adaptándose a cada situación. Es decir, para cada uno de nuestros empleados hay que establecer un tipo de liderazgo concreto para así obtener el máximo de rendimientos de cada uno de ellos.